Lo más importante
para los graffiteros es “dejarse ver”, es decir, que su nombre aparezca con
frecuencia.
El estilo y la
forma también son muy importantes en el mundo del graffiti. En cuanto al
estilo, a todos los graffiteros les gusta que se les conozca por su buen
estilo, por eso la mayoría dedica muchas horas a diseñar sus obras en cuaderno.
También suelen buscar orientación en graffiteros más expertos. Ellos suelen ser
unos críticos muy severos con los demás, juzgando una obra por sus méritos y
fijándose en la originalidad del diseño, el encadenamiento de las letras, el
brillo de los colores, la precisión y definición, el uso de los detalles, etc.
Con respecto a la
forma, existen cientos de estilos diferentes e individuales. Se distinguen por
tamaño, situación, complejidad de su diseño y materiales utilizados. Los más
usuales son:
-Firmas y
contraseñas “tags”. Es la forma más básica y sencilla. Consiste en el nombre
del escritor con letras estilizadas y
enlazadas que nos recuerdan a un logotipo, Se escriben rápidamente y por norma
general, usando un único y ágil trazo, con un solo color de pintura. Son muy
personales. El spray fue la primera herramienta usada en esta modalidad, aunque
actualmente también se usa mucho el rotulador. Los Niji y Dri – Mark fueron los
primeros en usarse de forma generalizada, con una punta de 0.6 centímetros de
grosor que permitían firmar más deprisa.
-Vomitados "throw-Ups". Son
rápidos y útiles para los lugares exteriores. Consiste en el nombre con dos o
tres letras que forman una unidad. El estilo no tiene mucha importancia.
-Obras. Tienen más
de cuatro letras pintadas. Pueden ser de arriba abajo, de extremo a extremo,
vagones de tren enteros o trenes completos.
-Mensajes. Muchos
graffiteros plasman su nombre acompañados de mensajes. Otro aspecto interesante
es que no suelen escribir en graffitis ajenos. Algunos mensajes hacen
referencia a problemas políticos o
sociales de actualidad. Muchas veces las obras van dedicadas a compañeros,
parientes o figuras públicas.
-Pisar "backgrounding". Existe una
ley que impide pisar las obras de los demás. Según esta ley, cuando una obra
sufre un “tachado” se convierte en el blanco de los demás graffiteros, ya que
una simple tachadura da lugar a la eliminación de una obra. Cuando se comete
una mutilación, se pintan aspas y rayas encima de la obra y se suele poner el
nombre de la persona que lo realiza y los motivos.
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